CUANDO TODO ACABA
Cuando el miedo soporta mis huesos
la soledad enfría el talento
y la muerte me manda los besos
que me dejan frío y sin aliento.
Cuando termina la primavera
su fin aterra mi pensamiento
¿Que será de mi cuando me muera?
¿Que será de mi al final del cuento?
Sabor amargo, sudor de sangre
sobre mis lagrimas impotentes
de que brille un ordenado enjambre
entre la sonrisa de mis dientes.
Se vestirá de negro mi sangre,
quedara putrefacta mi carne,
borrando a mordiscos este rostro
que sembró en su vientre mi madre.
Una explosión de vida come muerte
y la muerte al tiempo muerde vida
¿Quien quedará para que le cuente,
que después de tu muerte hay vida?
Yo estando bajo tierra y enterrado
ya no importa lo que hice en la vida,
tras mi muerte solo habrá quedado
cuerpo de flor seca y desteñida.
Nada de mi vida se ha quedado
escrito sobre el corto epitafio,
solo he dejado, en el mundo anclado,
mi cuerpo desnudo hecho de calcio.
Tocará de nuevo el sol mi piel
y como una flor en primavera
se convertirá mi cuerpo en cera
y mis sueños en néctar de miel.
El destino es terco y retorcido
y la realidad muy clara y cruel,
por lo que ya vivo decidido
a vivir mi muerte en el papel.
Pablo Mellado Saura
Cuando el miedo soporta mis huesos
la soledad enfría el talento
y la muerte me manda los besos
que me dejan frío y sin aliento.
Cuando termina la primavera
su fin aterra mi pensamiento
¿Que será de mi cuando me muera?
¿Que será de mi al final del cuento?
Sabor amargo, sudor de sangre
sobre mis lagrimas impotentes
de que brille un ordenado enjambre
entre la sonrisa de mis dientes.
Se vestirá de negro mi sangre,
quedara putrefacta mi carne,
borrando a mordiscos este rostro
que sembró en su vientre mi madre.
Una explosión de vida come muerte
y la muerte al tiempo muerde vida
¿Quien quedará para que le cuente,
que después de tu muerte hay vida?
Yo estando bajo tierra y enterrado
ya no importa lo que hice en la vida,
tras mi muerte solo habrá quedado
cuerpo de flor seca y desteñida.
Nada de mi vida se ha quedado
escrito sobre el corto epitafio,
solo he dejado, en el mundo anclado,
mi cuerpo desnudo hecho de calcio.
Tocará de nuevo el sol mi piel
y como una flor en primavera
se convertirá mi cuerpo en cera
y mis sueños en néctar de miel.
El destino es terco y retorcido
y la realidad muy clara y cruel,
por lo que ya vivo decidido
a vivir mi muerte en el papel.
Pablo Mellado Saura
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